Defendiendo la alegría
por María Soledad Aguilar
Tras sucesos mundiales que inquietan, ante eventos locales de caos y preocupación, y con la extraña coincidencia de escuchar el poema de Benedetti “Defensa de la alegría” queríamos recordar la importancia de la alegría en la vida de cualquier persona sin importar su edad; sin menospreciar las otras emociones que nos conforman como seres humanos, que nos complementan, que son parte de nuestra realidad, de nuestra salud mental y de nuestro equilibrio. Esta vez nos centraremos en la alegría y más aún en defenderla en un mundo ruidoso, cuando el problema retumba y se generaliza, es necesario salir en su defensa para que no deje de sonar.
Las niñas y niños son muy perceptivos y se dan cuenta al instante de su entorno y por ende del estado de ánimo de las personas, es por ello importante hablar con ellos de temas que puedan resultar difíciles, pues necesitan expresarse. No es cuestión de pintar un mundo lleno de arcoíris, cuando claramente a su alrededor perciben que no todo está bien. Es importante siempre entender claramente la pregunta o duda antes de responderles. Si el niño o niña hace una pregunta es porque están listos para escuchar la respuesta. Siempre con el respeto, cariño y lenguaje claro pero no olvidar hablarles con esperanza y optimismo sin crear fantasías que los confundan.
En ocasiones puede creerse que estar alegre en tiempos complicados es casi incorrecto pero no es así más bien todo lo contrario, psicológicamente es una de las las claves para la supervivencia y la resiliencia.
La alegría verdadera o hilarante, según diversos estudios, tiene muchos beneficios tanto para la salud mental como para la salud física:
- Disminuye el estrés. Al reírnos se segregan hormonas encargadas de reducir el estrés (por ejemplo, adrenalina o endorfinas).
- Influye positivamente en la autoestima.Estar alegres influye positivamente
- en nuestra autopercepción
- Da mayor fortaleza. La alegría incide en la fortaleza ante problemas
- Mejora el rendimiento.Estar alegre influye de manera positiva en la
- productividad y eficiencia.
- Mejora el sistema inmune.Las emociones positivas, mejoran la barrera inmunológica.
- Mejora el sueño.Una persona alegre tiene más calidad de sueño.
- Ayuda a combatir el dolor. Estar alegres puede hacer que se disminuya el dolor que sentimos.
- Al reírnos hacemos ejercicio.Cuando nos reímos se ponen en marcha más de 35 músculos.
- Es un reforzador de conductas. La alegría aumenta la perseveración en el cumplimiento de metas a largo plazo.
Cómo defender la alegría y cómo enseñar a los más pequeños a hacerlo:
- Primero es importante recordar que todas las emociones son válidas y es importante conocerlas, reconocerlas y expresarlas.
- Conocerse a uno mismo: ayuda a identificar aquello que nos causa alegría.
- Aprender a pensar positivamente: ver el lado positivo de las cosas, tomar los pequeños problemas hasta con un toque de humor nos ayudará a enfrentarnos a retos mayores con optimismo.
- Fortalecer la autoestima: Conocernos y valorarnos influye directamente en sentimientos de alegría, y para ello es importante trabajar en la aceptación de críticas y la asertividad
- Promover la asertividad: Ser alegres no es sinónimo de sumisos, al contrario para ser felices debemos hacer respetar nuestros derechos pero sin dañar el de los demás.
- Desarrollar habilidades de resolución de problemas. Estar alegres no es evadir problemas sino sobrellevarlos y resolverlos para que no repercutan en nuestra alegría.
- Ser empático con los demás.La alegría sana y genuina no implica el mal para los demás.
- Pedir ayuda.Restaura la alegría