Un Ecosistema de aprendizaje
por María Soledad Aguilar
La pandemia mundial ha cambiado fundamentalmente la forma en que vivimos, aprendemos y trabajamos. Los estudiantes y educadores tienen nuevas necesidades y expectativas, lo que requiere cambios en la forma en que pensamos sobre los espacios de aprendizaje. Es hora de avanzar y utilizar lo que hemos aprendido para mejorar el aprendizaje.<
El aprendizaje en entornos informales, como museos y clubes extracurriculares, puede vincular el contenido educativo con temas que son importantes para los alumnos en sus vidas. Estas conexiones funcionan en ambas direcciones. El aprendizaje en centros educativos formales puede enriquecerse con experiencias de la vida cotidiana y a su vez el aprendizaje informal se puede profundizar agregando preguntas y conocimientos del aula. Estas experiencias conectadas despiertan más interés y motivación para aprender.
Estas experiencias de aprendizaje cruzadas aprovechan las fortalezas de ambos entornos y brindan a los alumnos oportunidades de aprendizaje auténticas y atractivas.
Dado que el aprendizaje se produce durante toda la vida, basándose en experiencias en múltiples entornos, la oportunidad más amplia es ayudar a los alumnos a registrar, vincular, recordar y compartir sus diversos eventos de aprendizaje.
Por lo que a decir de Juan Freire es crear a través del aprendizaje de cruce, un ecosistema de aprendizaje que en pocas palabras es un entorno diseñado para aprender. Ampliando un poco se refiere a un entorno abierto donde se encuentran todos los ingredientes que necesita un aprendizaje significativo y por tanto no son sólo las aulas o los laboratorios, sino que son también las empresas, la sociedad, la ciudadanía.