Prevención de una pandemia emocional
por María Soledad Aguilar
En tiempos de distanciamiento social el amor es imprescindible, en tiempos de educación virtual el humanismo es esencial. Hay que recordar que tras una pantalla siguen nuestros alumnos con sus necesidades, con sus miedos, con sus entornos, con sus preguntas, con sus risas, con sus intereses, con sus problemas pero también con sus ganas de seguir y de aprender.
Puede resultar que el cambio repentino del aula al entorno virtual suponga un esfuerzo adicional a los docentes y a los directivos, puede también que este esfuerzo adicional quede invisible para los receptores quienes en muchas ocasiones no dimensionan todo el trabajo que hay detrás de la plataforma que ellos visualizan o la clase virtual que ellos reciben.La empatía debe ser una práctica de todos. El tiempo de desconexión nos ha demostrado la enorme red a la pertenecemos, la cantidad de gente con la que nos involucramos día a día y de cuántos también dependemos o dependen los nuestros.
Este tiempo puede que nos haya enseñado entre algunas cosas que hay personas, servicios y rutinas que han sido tan cotidianas en nuestro día a día que se han ido invisibilizando o mejor dicho lo hemos ido invisibilizando porque mecanizamos nuestro día a día al punto de perder el interés o el amor por lo que hacemos.
En tiempos de aislamiento es necesario recordar a Erich Fromm un gran representante de la psicología humanista, él decía que la vida, está irremediablemente ligada a los momentos de frustración, dolor y malestar, pero nosotros podemos decidir cómo hacer que eso nos afecte. A parte, él mencionaba que nosotros podemos resolver estos conflictos desde nuestra capacidad de amar; sin romantizar el asunto, es entender el amor desde los cuatro pilares que fundamenta este autor: cuidado, conocimiento, responsabilidad y respeto. Qué apropiado suena en este momento para poder actuar con una inteligencia emocional bien cimentada.
En tiempos de incertidumbre social, las emociones negativas como el estrés, la fatiga, y el pánico pueden ser tan contagiosas como el mismo virus, pero nuestra capacidad de sobreponernos a esta pandemia emocional nos ayudará a resolver desde la calma y no ser reactivos y poder así gestionar las emociones de quienes dependen de nosotros.
Es necesario que generemos espacios para expresar nuestras emociones, identificarlas y nombrarlas es un buen primer paso, no abrumarse sino enfocarse en lo que podemos controlar es una estrategia útil para guiar esta energía a algo positivo. También es importante recordar que cada persona maneja el estrés de manera distinta, es necesaria la empatía para poder manejar de mejor manera las situaciones en nuestro entorno. Estas son recomendaciones que damos a adultos para que puedan ser agentes emocionales positivos y de la misma manera puedan fomentar esto con los niños que se encuentran a su cargo.
Nos dan muchas advertencias para mantener nuestra salud física a buen recaudo, lavarse bien las manos, no exponerse, no salir si no es necesario, etc., todo nos ayuda mucho para sobrellevar la actual situación, pero nunca olvidemos que la salud emocional es vital para mantener una rutina sana.
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