Construyendo infancias con voces positivas
por María Soledad Aguilar
Las palabras que elegimos para comunicarnos, nuestro tono de voz y nuestra melodía, pueden afectar de forma positiva o negativa a nuestra voz interior y a las personas que nos rodean tanto en el desarrollo físico como emocional y cognitivo.
Según varias investigaciones, nuestro desempeño depende en gran medida del tipo de palabras que utilizamos a diario para comunicarnos con nuestro entorno y es determinante para la construcción de nuestro diálogo interno, vamos construyendo una arquitectura lingüística que tiene un impacto directo en nuestras decisiones, nuestras relaciones y desempeño.
La triada palabra-significado-emoción da cuenta de la importancia que, como seres humanos, otorgamos al lenguaje pues para cada quién, una misma palabra puede tener un impacto particular en la historia personal. Por lo mismo, ir armando un diccionario mental en tonos positivos determina la calidad de nuestras conversaciones y la calidad de nuestras relaciones.
Poner atención al ambiente lingüístico, tanto externo como interno al que nos exponemos significa entender, apreciar y usar las palabras que formulamos de una manera efectiva y beneficiosa para mejorar la comunicación, la relación con los demás, con uno mismo, y para la toma de decisiones
Como adultos en relación con niños y niñas quienes están empezando a estructurar su ambiente lingüístico, debemos ser conscientes de las técnicas de diálogo que usamos, pues ello ayudará a mejorar las relaciones, disminuir el miedo, las presiones y el estrés, manejar conflictos y aumentar la confianza y seguridad; y en definitiva mejorará el clima de aprendizaje.