Reviviendo la espontaneidad
por María Soledad Aguilar
Cuando pensamos en espontaneidad pensamos en los niños; sin ir muy lejos nos acordamos de nosotros mismos a los 4 años cuando una escoba podría perfectamente ser un majestuoso caballo; sí, espontaneidad suena a juego y suena a creatividad libre de condicionamientos paralizantes. Hemos estado inmersos en una educación que se enfoca mucho en el fin y se olvida sin querer del proceso, pero es en el proceso donde todo ocurre, por lo general la comunidad educativa ha estado tan atenta a despertar una recepción para poder evaluar los resultados, que el proceso de aprendizaje se encarrila en expectativas, estándares y se cae en repeticiones que más o menos “funcionan para todos”, sobreestimando la razón, los datos, lo exacto, lo alineado.
Para los niños ser espontáneo es sinónimo de jugar y da esa misma sensación de libertad; pero ¿por qué para un adulto es tan difícil? La espontaneidad en los adultos se hace mas lenta incluso llega a estancarse y presupone condiciones, pues nos acostumbramos a la repetición, a lo que nos funciona, a lo que todos hacen y aceptan, lo que podemos prever y controlar lo que nos mantiene en nuestra zona de confort. Todo esto puede llevarnos a olvidar el asombro, ser creativos… a ser innovadores.
Ser espontáneos nos permitirá ser creativos y ser creativos nos permitirá ser innovadores, si innovamos avanzamos sino desaparecemos.
Adultos que no olvidaron ser espontáneos, se han impuesto con ideas que rompieron esquemas y el storytelling de sus proyectos o empresas siempre cuentan algo en común siempre hablan que el surgimiento de aquellas ideas aparecen con una simple pregunta ¿Qué tal si…? Grandes ideas, marcas, proyectos, productos, etc han salido tras esta pregunta… y si les suena familiar es la misma que usan los niños al empezar un juego.
La espontaneidad de los niños mantiene una lucha constante sobre los rígidos estándares educativos que debe cumplir. Los niños y las niñas tienen mucho que dar y crear cuando se les permite hacerlo con libertad, en un ambiente de disfrute, sin presión y en el que la cordialidad y el compañerismo están presentes, la educación debe respaldar la espontaneidad de modo que les brinden espacios para explorar su creatividad como pasa cuando ellos juegan que no están esperando instrucciones ni tienen preocupación de dar las respuestas que el adulto espera, esa misma sensación deberíamos generar en sus entornos significativos. infografia
Imagen de portada diseñada por:http://www.freepik.com